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La equinácea, también llamada equinácea púrpura, es una planta herbácea con flores de la familia de las margaritas. Es una hierba originaria de Norteamérica muy conocida por favorecer la salud inmunitaria, reducir la inflamación y el dolor, y ayudar a acortar la duración de la gripe y el resfriado.
La planta de la equinácea tiene un tallo alto, un solo cono púrpura o marrón, espigas blancas parecidas a un peine y pétalos que suelen ser rosados o púrpuras, aunque varían de color. Por lo general, la equinácea se toma en infusión. También puede consumirse en cápsulas, tintura o aplicarse en crema.
Existen nueve tipos comunes y conocidos de equináceas. Los tres utilizados en suplementos y remedios a base de hierbas son:
Aunque los botánicos euroamericanos reconocieron y empezaron a utilizar la equinácea con fines medicinales en la década de 1820, los indígenas norteamericanos llevan utilizándola más de 400 años. De hecho, se han encontrado muestras de equinácea en excavaciones arqueológicas de aldeas lakota sioux que datan del siglo XVII.
La equinácea es una hierba medicinal tradicional con un alto contenido de antioxidantes y fenoles que se ha utilizado para ayudar a reducir la ansiedad, disminuir la duración del resfriado común y la gripe, y reducir la inflamación.
La equinácea contiene muchos antioxidantes, como flavonoides, ácido cítrico y ácido rosmarínico. La flor, los pétalos y la raíz de la planta de equinácea tienen más antioxidantes que las hojas verdes.
Los antioxidantes desempeñan un papel importante en la salud humana, ya que ayudan a combatir los daños provocados por los radicales libres. Una dieta rica en antioxidantes podría ayudar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades como las cardiopatías. Además de la equinácea, otros alimentos ricos en antioxidantes son los arándanos silvestres, los frijoles pintos, los arándanos rojos, las alcachofas, las moras, las ciruelas pasas, las frambuesas, las fresas, las manzanas, las pacanas, las cerezas dulces, los frijoles negros y las verduras de hoja verde oscura.
El trastorno de ansiedad general afecta a más de 6,8 millones de adultos1. Los estudios indican que la equinácea podría ayudar a reducir los síntomas de ansiedad gracias a sus alcamidas, ácido rosmarínico y ácido cafeico2,3.
En un estudio bien diseñado, las personas con ansiedad que consumieron 40 miligramos de equinácea dos veces al día durante siete días obtuvieron puntajes mucho más bajos en una medida de ansiedad en comparación con los que consumieron un placebo4.
La equinácea también contiene fenoles, que son compuestos que combaten los radicales libres y podrían ayudar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas y trastornos relacionados con el estrés oxidativo, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades neurodegenerativas5,6. Otros alimentos ricos en fenoles son las uvas moradas, los frutos del bosque, las nueces, el café, el chocolate y el té verde.
Los estudios indican que la equinácea también podría ayudar a reducir el exceso de inflamación en el organismo7. La inflamación crónica puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades, dolor, hinchazón, etc. El consumo de alimentos antiinflamatorios y hierbas como la equinácea podría ayudar a reducir la inflamación del organismo relacionada con la dieta. Otros alimentos que podrían ofrecer beneficios antiinflamatorios son la cúrcuma, los tomates, los frutos del bosque, el aguacate, las uvas, el chocolate negro o el cacao, los pescados grasos, el brócoli, el té verde, los hongos, los pimientos y el aceite de oliva extra virgen.
Uno de los usos más conocidos de la equinácea es ayudar a acortar o reducir la duración de un resfriado o gripe, aunque los resultados de las investigaciones son contradictorios8.
Aunque la equinácea tiene muchos beneficios, algunas personas deben tener precaución al consumirla o evitarla por completo.
Las personas que padecen algún tipo de enfermedad autoinmune no deben consumir equinácea. Esto se debe a que estas personas tienen un sistema inmunitario sobreestimulado, y la equinácea refuerza o estimula dicho sistema.
Además, las personas con diabetes, leucemia, trastornos hepáticos, esclerosis múltiple, tuberculosis, VIH, SIDA o que tomen inmunosupresores no deben consumir equinácea.
Beber alcohol o fumar mientras se consume equinácea podría influir en su eficacia. La equinácea también podría interferir en la forma en que el organismo procesa la cafeína, prolongando sus efectos9.
Las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben tener cuidado al tomar cualquier suplemento, incluida la equinácea.
Aunque es poco frecuente, es posible que algunas personas sufran reacciones alérgicas a la equinácea, como erupciones cutáneas, urticaria o anafilaxia.
Consulte siempre a su médico antes de comenzar a tomar un nuevo suplemento para garantizar que no presenta riesgos y que no interactuará con los medicamentos que esté tomando. A la hora de elegir suplementos, busque marcas de confianza certificadas por terceros para garantizar su pureza.
Aunque se ha reconocido que la equinácea no entraña riesgos a corto plazo, no se recomienda su uso diario a largo plazo10. Puesto que no se ha establecido una dosis generalizada, compre siempre productos de alta calidad de marcas confiables y preste atención al tamaño de la porción y a las instrucciones de la etiqueta del té o del suplemento.
Si está resfriado o tiene gripe, consulte a su médico sobre la posibilidad de consumir equinácea tres veces al día como máximo hasta que los síntomas desaparezcan. No consuma equinácea durante más de 10 días seguidos.
La equinácea está disponible en muchas formas:
Para preparar una infusión de equinácea con una bolsita, colóquela en una taza y vierta agua caliente. Deje reposar la infusión de 5 a 10 minutos y disfrute.
Si prepara una infusión con hojas sueltas, cuele o retire las partes de la planta antes de beberla. Para preparar una infusión de hojas sueltas de forma sencilla, use un infusor para té de acero inoxidable o una tetera diseñada para su uso con hojas sueltas.
Después de dejarla reposar, la infusión debe tener un sabor dulce y suave. Si se deja demasiado tiempo en agua caliente, su sabor podría tornarse fuerte y amargo.
Cultivar equinácea, también llamada equinácea púrpura, ¡es otra forma de disfrutar de la equinácea en su propio jardín! Las flores son hermosas y, cuando brotan, se pueden cosechar, secar y convertir en infusión.
Se puede preparar una infusión de equinácea con las flores, las hojas, los tallos y las raíces, pero hay que evitar las cabezas de las semillas, ya que no tienen el mismo sabor. Incorporar las raíces a la infusión es una excelente manera de aumentar la cantidad de infusión que se puede preparar con una sola planta. Para estimular el crecimiento, corte las flores en la base del tallo, justo por encima del primer grupo de hojas. Esto permite que las raíces y un conjunto de hojas generen una flor nueva.
Aunque se pueden preparar infusiones de equinácea con flores frescas, el secado de las flores puede hacer que la infusión dure más tiempo. Cuelgue las inflorescencias púrpuras en un lugar cálido y seco sobre una toalla limpia para recoger las hojas y los pétalos a medida que vayan cayendo. O simplemente coloque los pétalos, hojas, tallos y raíces directamente sobre una toalla. Deje que se sequen hasta que puedan desmenuzarse y machacarse en trozos pequeños. Guarde la infusión seca en un recipiente hermético de cristal u otro material no reactivo. Manténgalo en un lugar seco y alejado de la luz solar, como un armario o una despensa.
Prepare su infusión casera de equinácea en una proporción de 1 cucharada de equinácea seca por cada 10 onzas de agua hirviendo. Déjela reposar de cinco a ocho minutos y ¡disfrútela!
La equinácea se ha utilizado durante siglos por sus posibles efectos beneficiosos para la salud, como reforzar el sistema inmunitario, reducir la inflamación y acortar la duración del resfriado común y la gripe. Aunque su uso a corto plazo no entraña riesgos, no se recomienda su consumo a largo plazo. La equinácea se puede tomar en infusión, como suplemento o tintura, o de forma tópica como ungüento.
Al igual que con todas las hierbas y suplementos, consulte siempre a su médico antes de incorporar la equinácea a su rutina de bienestar para garantizar que no presenta riesgos y que no interactuará con los medicamentos u otros suplementos que esté tomando.
Referencias:
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